COMPOTA DE NAVIDAD (con pera caruja)

La compota de la Navidad de 2013- Foto Marta Isabel GonzálezIngredientes 
1 Kg de peras carujas
2 ó 3 cucharadas de azúcar
3 palitos de canela
1 vasito de agua
1 vasito de vino tinto

Modo de hacer

Se compran las peras, a poder ser en el mercado de Astorga de los martes. Se lavan, pelan, limpian y trocean las peras. Se pone el agua con todos los ingredientes a hervir y se añaden las peras y se deja cocer todo junto unos 45 minutos o 1 hora. Una vez cocido se quitan los palos de canela y se deja enfriar para servir templado o frío, según más guste.

Muy importante, no olvidar en la ventana o el balcón : )) (leer explicación abajo, en Historia en la familia)

Historia en la familia

En la familia de Isidoro la compota preparada con la durísima pera caruja, era ya típica de cada Navidad desde que ellos recuerdan...Al abuelo Natalio (padre de Isidoro y Tía Adela...) le encantaba y solía preparar el las peras, peládnolas y cortándolas. Mary preparaba cada Navidad este postre típico en la familia (y en la zona de la Maragatería y Astorga). Al fallecer el abuelo Natalio, Mary, con su habitual espíritu de superación y de mantener las tradiciones familiares vivas, no dejó de preparar este plato, sino que, al contrario, como una especie de homenaje al abuelo Natalio y a su memoria, como un modo de mantenerle, de algún modo, presente en la familia, siguió preparándolo. Tanto ella como Paqui, Marta o Isi, nos apuntábamos a la compota casi siempre.

Las anécdotas con la compota en Navidad son muchas  y habitualmente tienen que ver con que, debido al exceso de dulces que se comen de postre en estas fechas, muchas veces se nos olvidaba el cazo con la compota lista y enfriándose en la ventana de la cocina o en el balcón de las sala de la casa de Santa Marta, 3 ("fresqueras naturales" de esta zona fría de España y soluciones muy útiles en momentos en los que la nevera reventaba de cosas, más en estas fechas). La frase típica, una vez todos habíamos terminado de comer y no podíamos más...era "ay...¡se nos ha olvidado la compota!". Pero en otras ocasiones siempre dejábamos un hueco para tomar un poquito de compota, que con su sabor fresco, con canela y no demasiado dulce, siempre resulta muy agradable. Otras veces la dejábamos para el desayuno de Navidad o de Año Nuevo o como postre cualquier otro día de las fiestas de Navidad.