MEJILLONES AL VAPOR CON LA SALSA DE MARY


Ingredientes (proporciones)

Calcular una docena de mejillones por persona
½ ó 1 vaso de agua
2 ó 3 hojas de laurel
1 ó 2 limones
 
SALSA
½ ó 1 de cebolla muy picadita
1 cucharada de aceite de oliva 0,4

1 chorrito de vino blanco (opcional)
1 cucharada de harina
1 cuchara de café de pimentón de la vera (mitad picante y mitad dulce)
Jugo de cocer los mejillones

Modo de hacer


Lavar muy bien los mejillones bajo agua fría, raspando y limpiando muy bien las cáscaras ayudándonos de un cuchillo de pico que también nos ayudará a quitar las “barbas” agarrándolas con el dedo pulgar y el cuchillo y de un solo tirón seco y fuerte.

Poner en una olla grande o cazuela grande el agua con el laurel y cuando hierve poner  los mejillones ya limpios y tapar y cocer tan sólo unos 3 ó 5 minutos, hasta que se abran. Una vez abiertos retirarlos, quitarlos del fuego y reservar colocándolos en una fuente y retirando las conchas vacías.

Para preparar la salsa de Mary ponemos en un cazo alto de acero o antiadherente el aceite a freír y echar la cebolla muy picadita, lo más picada que se pueda,  para que fría a fuego medio/alto. Cuando ya esté doradita añadimos la cuchara de harina y removemos con una cuchara de madera para que se mezcle con la cebolla y con cuidado de que no se queme…. Y vamos añadiendo jugo de cocer los mejillones poquito a poco y ligando la salsa con cuidado de que no salgan grumos. A esa salsa que ha de quedar en textura cremosa ligera, añadimos el pimentón y probamos para ver cómo está de sal (el jugo de los mejillones suele estar salado, por eso es bueno rectificar y revisar la sal, añadiendo agua común para igualar en caso de estar muy fuerte de sal).

Si se quiere se puede añadir un poquito de vino blanco (chorrito) a la cebolla pochada y dorada, y cuando se evapore ese vino continuar con la receta añadiendo la harina…etc.

Se sirven los mejillones aún calientes y con la salsa a parte y unos limones cortados en 4, para quienes quieran tomarlos también sólo al vapor y con limón.


Historia en la familia

Los mejillones son ricos en hierro y un plato que siempre nos ha gustado mucho a todos. La salsa de Mary cuando éramos más pequeños no nos gustaba, y sólo  tomábamos los mejillones con un chorrito de limón. Pero luego supimos apreciarla y nos interesamos por cómo se preparaba. Generalmente se preparaban muchos mejillones poniéndolos de primer plato pero a veces, si eran muchos, incluso sólo de plato único. Los mejillones han de ser de buena calidad y carne grande, y sólo al vapor con laurel ya deben de estar ricos. 

La salsa de Mary (receta que aprendió de la madre de Tarín, que era cocinera en el Casino de Ponferrada) era indispensable y le complementa muy bien a los mejillones, no disfrazando su sabor, sino aumentándolo.

Los mejillones además nos recordaban a los enormes mejillones que hemos comido toda la familia, en compañía a veces de nuestros tíos José Luis y Fina en el pueblo de Lorbé, (La Coruña) recién cogidos de las bateas.

Además, en casa, siempre que había pescado o marisco, Papá Isidoro nos contaba alguna anécdota de cuando él era pescadero y tenía pescadería y cuando traía el pescado desde la Coruña o cuando trabajó temporalmente en Madrid también de pescadero (como tantos ‘maragatos’ que aún trabajan en pescaderías en la capital).