Muslos
de pollo (200 gr) Tantos como comensales
Arroz
(brillante)
1
cebolla
1
pimiento verde
2
pastillas de Avecrem
Unas
hebras de azafrán
2 hojas
de laurel
Agua
Aceite
de oliva 0,4
Modo de
hacer
Los
muslos los compraremos limpios y deshuesados o los prepararemos nosotros así.
Se pela. Se le da un golpe seco con un cuchillo grande en la junta de los
huesos y se tira un poco y se deshuesa (fémur). Luego se corta en pedazos. El
muslo de arriba igual. Ya sea comprado deshuesado y pelado o no, cuidaremos de
que todos los trocitos estén limpios y sin grasa. (lo que sobre se puede
guardar para un consomé)
En la
olla se pone aceite a hervir y se fríe muy bien el pollo sin salar ni nada. Se
sacan los trozos y se reservan en una fuente. En el mismo aceite se fríe 1
cebolla y 1 pimiento verde picados muy menudos. Cuando esté dorado el sofrito
se añade el pollo y luego a todo esto ya unido se añade el arroz (2 puñados por
persona y un poco más). El agua será proporcional al arroz en casi el doble (1
vaso de arroz por casi 2 de agua) En parte de esa agua habremos deshecho 2
pastillas de Avecrem (o 1 y media) y azafrán en hebras que se machacan
ayudándonos del mazo del almirez y un colador metálico.
Pondremos
2 hojas de laurel.
(En la
olla grande de Astorga hacer así) Cuando hierva el agua le ponemos la tapa y
cuando ya sale el vapor por la válvula y se hace el vacío, se esperan unos 3/5
minutos y se sube la válvula para que salga el vapor y se apaga el fuego. Se
espera un poquito y se abre la olla y se deja reposar un poco.
Historia
en la familia
Pocos
platos han sido tan preparados como este en nuestra casa porque cuando había
arroz con pollo nadie protestaba, por eso mamá (Mary) lo preparaba mucho. Generalmente
los sábados o los domingos como plato único, acompañado de una sencilla
ensalada de lechuga y tomate y preparando también como guarnición los pimientos
del bierzo que nunca faltaban en estos casos (asados y en lata que traemos
desde muchos años y preparamos cortando en tiras y aliñando con sal, vinagre y
aceite de oliva). Este es uno de los platos favoritos de Eduardo con el que siempre
ha habido chistes viendo que las hojas de laurel caían en su plato, ya que
dicen que si te toca la hoja de laurel no te casas (también han ido cayendo en el plato de Marta con el consiguiente comentario igualmente). Al nacer Natalia y desde
muy pequeñita este plato le encantaba, quizá por ser valenciana, como decía el
abuelo (Isidoro). Así que la abuelita siempre se lo preparaba. Su madre Leonor
(valenciana) prepara una excelente paella, pero el arroz con pollo siempre era plato de la abuela que lo preparaba en su olla express. Tanto Natalia como sus hermanas Laura y Eva,
lo comían con cuchara, algo que nos resultaba curioso.